Lo primero es prevenirlos para que las relaciones nocivas o enfermizas no puedan causarles daño a largo plazo. Una segunda medida importante es que los padres puedan identificar signos tempranos de que hay problemas, a fin de emprender acciones para guiar debidamente a sus hijos.
5 consejos para evitar amistades tóxicas
1. Comunicación abierta
Es esencial fomentar un ambiente de comunicación abierta que facilite a los adolescentes confiar en sus padres y compartir información sobre sus amistades, sin temor a represalias.
2. Observación discreta
Esto no implica una invasión de la privacidad, pero permite estar atentos a los cambios en el comportamiento, hábitos o actitudes del hijo.
3. Establecer límites claros
Es importante discutir y acordar reglas sobre horarios, lugares y actividades con amigos, pues evita situaciones riesgosas.
4. Conocer a los amigos
Involucrarse con los amigos de los hijos, conocer sus antecedentes y familiares, ayuda a los padres a entender mejor la influencia que estos pueden tener.
5. Intervención adecuada
Si los padres identifican signos de una amistad perjudicial, es crucial intervenir de manera adecuada y compasiva.
Por último, es fundamental recordar que una familia católica debe ser luz que ilumine otras realidades, por lo que es importante que sea un ejemplo a imitar por otras personas que no conoce a Jesús y su Doctrina. Si una amistad nociva queda impactada por el testimonio cristiano de la familia, se habrá ganado un alma para Dios.
5 mini tips
- Conoce las motivaciones de tus hijos para tener ciertos amigos.
- Invita a sus amigos a casa y organiza actividades para conocerlos.
- Comparte con tu hijo tus preocupaciones y dale confianza.
- Crea un ambiente positivo en casa donde se fomente el respeto.
- Busca que tu hijo explore nuevas amistades y actividades.