El Padre de la Patria puso su vida al servicio de la libertad de los pueblos y sus logros fueron decisivos para las independencias de Argentina, Chile y el Perú.
Cada 17 de agosto, en la Argentina, se conmemora el Paso a la Inmortalidad del General José de San Martín, considerado el Padre de la Patria y el Libertador de América, quien murió a los 72 años, ese día, de 1850. San Martín fue una figura destacada del ciclo histórico y político debido a su participación en las guerras de Independencia hispanoamericanas.
Su nombre completo era José Francisco de San Martín y Matorras y nació el 25 de febrero de 1778 en la ciudad de Yapeyú, en la actual provincia de Corrientes, que en aquel entonces pertenecía al Virreinato del Río de la Plata.
Hijo de Juan de San Martín, teniente gobernador de Corrientes, y de Gregoria Matorras, José Francisco se crió en el seno de una familia española que no tardó en preferir volver a su país: en 1784 pasó con su familia a España; en 1787 ingresó en el Seminario de Nobles de Madrid, donde aprendió retórica, matemáticas, geografía, ciencias naturales, francés, latín, dibujo y música.
Con esta extensa carrera militar, San Martín se destacó especialmente a partir de los 34 años (1812), luego de lograr el grado de Teniente Coronel y regresar desde Londres, tras solicitar la baja del ejército español y asistir a la Gran Reunión Americana, fundada con el objetivo de la independencia y organización de los pueblos americanos.
En los años por venir, y ante la debilidad militar del movimiento patriota, la Junta gubernativa le confirmó a San Martín su rango de teniente coronel de caballería y se le encomendó la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo, al frente del cual obtendría la victoria en el combate de San Lorenzo en 1813.
Asimismo, el prócer argentino apoyó la formación del Congreso Nacional de Tucumán en 1816, cuando era gobernador intendente de Cuyo, para que se declare la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata del Imperio español.
En ese contexto, San Martín quería definiciones claras y concretas, y es así como, una vez declarada la independencia el 9 de julio de 1816, emplea en sus proclamas a las tropas y a los pueblos la palabra “libertad” como estímulo máximo de la acción y como base de sus tratativas con los realistas en la Guerra de Independencia.
Cruce de Los Andes
Con el objetivo de planear el final de la Guerra, San Martín ideó el “Plan Continental” y que trajo consigo el histórico Cruce de la Cordillera de los Andes, que tenía como finalidad liberar a América del Imperio español, en 1817.
Luego de que España triunfara en los últimos años (desde 1815), el general comprendió la dificultad de combatir en la zona del Alto Perú y que debía ocuparse Lima para terminar la Guerra de la Independencia en forma definitiva. De esta manera, pensó en una campaña independentista a escala continental, regional y local, donde las tres se articulaban.
El plan consistía en cruzar la cordillera de los Andes desde Mendoza, liberar Chile y desde allí, por medio de una operación anfibia, avanzar por mar hacia Lima. Avanzando junto al militar chileno Bernado O’Higgins y esperando contar con la ayuda de Simón Bolívar, el referente libertador de la Gran Colombia, se anhelaba emancipar para siempre al territorio sudamericano del dominio realista.
Finalmente, el 17 de enero de 1817 se oficializó como la fecha de partida de la campaña libertadora del Ejército de los Andes.
Retiro y Fallecimiento
Para 1822, José de San Martín había decidido retirarse luego de liberar a varios pueblos: desde ese año estuvo en Chile, luego en Mendoza (1823) y para 1824, determinó irse a Europa, luego de recibir críticas adversas que le atribuían aspiraciones de mando y el fallecimiento de su esposa, María de los Remedios de Escalada,
En febrero de 1824, San Martín partió junto a su hija Merceditas, que tenía siete años, y estuvo en Gran Bretaña, Belgica, hasta se asentó en París, Francia.
Para 1827, la salud de San Martín se había deteriorado debido a su diagnóstico de reumatismo y su situación económica, ya que tuvo que vivir modestamente para pagar el colegio de su hija. Finalmente, falleció el 17 de agosto de 1850 en su residencia de Boulogne-sur-Mer, al norte de la república francesa.