11 años de la Pascua de Mons. Piña


Hoy, 8 de julio, conmemoramos el undécimo aniversario del fallecimiento de Monseñor Joaquín Piña Batllevell, un hombre cuya vida y obra dejaron una huella imborrable en la historia de la Iglesia Misionera y la sociedad. Su compromiso con la justicia social, la dignidad del trabajo y la defensa de los más vulnerables sigue inspirando.

 

Monseñor Piña, nacido en Sabadell, España, en 1930, llegó a Argentina como misionero jesuita. Ejerció su sacerdocio en Posadas, fue rector del Seminario Diocesano Santo Cura de Ars. Su labor pastoral lo llevó a la Diócesis de Puerto Iguazú, donde se convirtió en el primer obispo. Desde ese cargo, no solo atendió las necesidades espirituales de su comunidad, sino que también alzó su voz en defensa de los derechos humanos y la justicia.

Monseñor Piña se involucró activamente en la vida de los trabajadores. Defendió el derecho a un salario justo, la seguridad laboral y la sindicalización. Su presencia en las fábricas y los campos de trabajo era un testimonio vivo de su compromiso con la dignidad de cada persona.

Mucho antes de que la encíclica “Laudato si’” del Papa Francisco pusiera la ecología en el centro del debate, Monseñor Piña ya hablaba sobre la importancia de cuidar nuestra casa común. Se opuso firmemente a la construcción de las represas de Garabí y Panambí, consciente de los impactos ambientales y sociales que estas obras tendrían en la región.

Su Legado Permanece

Hoy, recordamos a Monseñor Joaquín Piña como un profeta de la justicia, un pastor cercano a su pueblo y un defensor incansable de los derechos humanos. Su legado nos desafía a seguir luchando por un mundo más justo y solidario. Que su memoria nos inspire a actuar con valentía y compasión, siempre en favor de los más necesitados.

 

Fuente: Diario El Territorio – Diario Primera Edición