En el primer parte médico publicado sobre Benedicto XVI, el portavoz del Vaticano confirma que «sus condiciones siguen siendo graves, pero la situación es estable». Benedicto además está «absolutamente lúcido y consciente» de lo que ocurre. Añade que «Benedicto ha conseguido descansar bien durante la noche».
Por su parte, el Papa Francisco ha pedido de nuevo que se rece por Benedicto «y se le acompañe en estas horas difíciles». También este jueves, el entorno del Papa emérito ha filtrado que «ha pasado la noche continuamente atendido por los médicos».
Desde que era pontífice, Benedicto XVI ha tenido como médico personal al cardiólogo Patrizio Polisca, que está continuamente monitoreando su situación. Fue Polisca quien en 2012 aconsejó a Benedicto usar un marcapasos, una decisión que se reveló acertada.
En círculos vaticanos se especula acerca de cuáles son los problemas específicos que han comprometido la salud de Benedicto. Algunas fuentes hablan de una afección respiratoria, y otras de problemas cardiológicos o de riñón. El Vaticano explicó simplemente que se trata de «un agravamiento (de las condiciones de salud) debido a la edad avanzada».
Polisca también ha participado en la decisión de no llevar a Benedicto en estas fechas al Policlínico Gemelli y atenderlo en la casa donde el Papa emérito se aloja desde que en 2013 presentó su renuncia, el ex monasterio Mater Ecclesiae en los jardines vaticanos.
El empeoramiento de la salud de Benedicto XVI ha sido repentino, pues su principal colaborador, su secretario Georg Gänswein estaba desde el 25 de diciembre con su familia en Baviera, y ha regresado precipitadamente a Roma.