No conocemos todavía la cantidad de vidas humanas que ya se han perdido y las que se perderán como consecuencia de la criminal agresión del Gobierno ruso sobre Ucrania.
El ordenamiento internacional representado por las Naciones Unidas, pone al descubierto una vez más su precariedad, como otrora lo demostrara la Sociedad de Naciones.
Son prácticamente infinitas las especulaciones que pueden hacerse respecto de las derivaciones que tendrá, para las relaciones internacionales, el devenir de la guerra en acto y sus consecuencias para Europa en primer lugar, pero también para el resto del mundo.
Pero es necesario que aún en la escala relativa de nuestro país, los argentinos pensemos y dialoguemos sobre cómo el juicio que esta guerra nos merece y cuál debe ser nuestra actitud ante ella.
Con fecha 24 de febrero, la Cancillería emitió un comunicado en el que expresa su más firme rechazo al uso de la fuerza armada, lamenta la escalada de la situación generada en Ucrania (de la que la única responsable es Moscú) y llama a la Federación de Rusia a cesar las acciones militares en Ucrania, aludiendo oportunamente a la integridad territorial de Ucrania, el pleno y profundo respeto por los derechos humanos de las poblaciones afectadas por la invasión y la necesidad de preservar la vida de las poblaciones.
Al mismo tiempo, cabe esperar gestos y expresiones de apoyo solidario por parte de las autoridades argentinas con el gobierno amigo y la población de Ucrania, cuya angustia es compartida por los inmigrantes de origen ucraniano que hoy viven en nuestro país.
Ni la Argentina ni América Latina tendrán abiertas sus puertas para la guerra y las pretendidas justificaciones del actual gobierno ruso.
El poder de un gesto desnudo de poder: Francisco cruza la plaza para pedir paz al embajador ruso
El Papa Francisco se reunió el viernes 25 de febrero con el embajador ruso ante la Santa Sede, en un gesto que el mundo valora y pondera por sus muldimensionales impactos.
No se recuerdan precedentes en que sea el Papa quien se dirige a una embajada.
El Papa da el paso y cruza la plaza. El Papa elige el diálogo ante el conflicto entre Rusia y Ucrania. Se trata de la misma plaza que lo vio dar otro paso gigantesco, apreciado globalmente, cuando el 27 de marzo del 2020 –ante el avance tan misterioso como imparable de la pandemia de COVID-19– pidió por el cese de las muertes, la enfermedad, la peste para toda la humanidad.
Ante la pandemia, la oración y el paso.
Ante la violencia, la oración y el paso.
El mismo Papa, el mismo gesto.
Fuente: Revista Criterio