El Padre Daniel Pesce Párroco San Benito expresó estar muy contento por estar en la radio que es un ícono para la diócesis y para la provincia. “Empezamos desde el viernes con la problemática que tenemos sobre el tema de adicciones”, comentó.
El Padre Daniel visitó los estudios de Radio Tupambae junto a dos amigos y compañeros de Buenos Aires, Óscar y Luis que colaboran en el Hogar de Cristo. Y aprovechó para agradecer al Obispo Monseñor Juan Rubén Martínez y al padre ´Beto´ Barros que siempre acompañan y se dan cuenta de la necesidad de acompañar el flagelo de las adicciones.
El Párroco de San Benito de la ciudad de Posadas comenzó hablando de la experiencia vivida con el Hogar de Cristo, en Buenos Aires y con la expectativa del trabajo pastoral y de servicio que tienen aquí, en Posadas.
A su vez, Luis, uno de los integrantes del Hogar de Cristo contó que “ayer hablamos con Óscar integrante también del Hogar y hablamos del Padre Pepe Di Paola que junto con Bergoglio y laicos cómo yo, acompañaron a todos los que les falta amor”.
Luis comentó que “Dios nos puso a nosotros para que seamos compañeros de aquellos que les falta amor. Y que a veces o muchas veces dominamos mal el mundo y por eso el nombre del hogar, Hogar de Cristo. Empezó como hogar y quedó para siempre, y hoy es centro barrial. No es un Instituto, pero el tener un poco de institución, ayuda también; para que ese hogar pueda acompañar a los chicos o ´tirar de las orejas´ como se dice, cuando hay que guiarlos”.
Luis expresó además que “a veces funciono como el viejo de ellos, y los acompaño con preguntas como ¿qué están haciendo? O con frases de ´vení para acá´ y de repente en el camino, hago que me enojo. También ayudamos a la persona y vamos como familia apoyar a los que nos necesitan, porque somos parte del Hogar de Cristo”.
Asimismo comentó que “en capital empezó todo y luego se expandió a todo el país y a países como Uruguay, Paraguay, Brasil y Colombia; varios lugares que se convirtieron no como modelo, pero sí en pautas de cómo armar esto que es el Hogar de Cristo y vamos por eso, por la persona”.
También graficó lo que se vive en El Hurtado, “donde la droga está ahí, a nuestro alrededor y somos nosotros los que nos movemos, y debemos plantearnos la pregunta de ¿Qué hacemos? ¿Cómo encaramos la vida? ¿Qué correspondee? Pero hay una vida que merecemos, y merecemos lo que Dios hizo para nosotros. Porque merecemos lo mejor y a veces nos enroscamos en lo nuestro, y para qué estamos acá nos preguntamos y es lo que nos tenemos que responder. Yo le decía al de arriba, ¿y qué hacemos?”.
“Y Dios no te contesta directamente. O es a través de signos o voz interior. Porque todos tenemos características distintas, y hay que ir paso a paso. Hay que acompañar para que sientan el acompañamiento y el avance en su mejora”.
Testimonio de Oscar. Integrante de Hogar de Cristo
Oscar comenzó contando que “yo viví casi dos años y medio en Eldorado (Misiones). Pero tuve muchos problemas en Eldorado. Fue así que me refugié con otros ´pibes´. Mi vida era así, de esta manera. Mi mama me dejó de chico en un hospital y me crié con una familia. Sucede que antes, no había tantos requisitos y te llevaban a cualquier familia”.
“No tuvimos violencia pero nos enseñaron a estudiar y hacer respetuosos. Pero se robaba y se secuestraba, era una familia chilena y esto no quiere decir que todos los chilenos sean así. Pero a mí me tocó esto. Yo empecé a consumir a los 9 años. No se vendía droga. Pero se consumía cocaína y marihuana. Y la gente que fuma dejaba las colillas, y yo me robaba esas colillas desde los 9 años ya, cuando comenzó mi adicción. Empecé con la Coca a los 13, consumía pastilla ácido, me inyectaba y delinquía”.
“A los 13 o 14 años, quedé detenido, pero me escapé. Antes decía voy a trabajar y era robar, no pensaba en aquel que se levantaba temprano para poder trabajar y con su esfuerzo poder comer. Yo veía solo que podía robar”, remarcó.
“A los 16 años estuve nuevamente detenido, pero me vuelvo a escapar”.
Oscar, analizó según su experiencia vivida que “la cárcel o servicio penitencial está muy mal organizado, porque salís y no sabes a dónde vas vivir y a los 48 horas el chico vuelve a delinquir porque no tiene una familia que lo reciba”.
“Muy distinta es la situación de ´Casa libertad´ ya que los que salen saben que tienen un lugar a dónde ir, y se le arma un plan o modo de vida como por ejemplo. Hay un alquiler te vamos a ayudar. Vemos por las necesidades del chico”, añadió.
“Luego me junto con Nora y salimos a robar casas de cambio y teníamos casita, auto, moto. Salíamos ´enfierrados´. Lamentablemente, tuvimos un enfrentamiento y recibí 3 tiros en mi pierna, mataron a mi señora y compañero. Me condenaron a prisión, puse un abogado y me comió todo”.
Oscar reflexionó que “cuando estas detenido consumís más que estando afuera. Es la realidad. Me he hecho el loco. Y estuve más de 10 años en prisión y me llama el juez y me da la libertad, según un artículo. Cuando salgo de la cárcel, la familia estaba presa y perdí todo”.
“Empiezo otra vez. Ya no me querían renovar el contrato porque veían todo lo que teníamos. Yo no guardaba plata”.
“Caigo preso nuevamente por 4 meses y salgo y busco a mi hija, pero ya no la encontré nunca más. Y ahora en abril cumpliría años. Perdí todo y me pregunté qué hago…, y me voy a la Zabaleta. Lamentablemente, seguía consumiendo y entré en la pasta base; estuve en un mundo de oscuridad en donde sos un zombi”.
“Y me voy al SIAMSE, que es un lugar de la capital donde tiran basura. Yo vivía y comía con las ratas, y vivía drogado. Los domingos íbamos a la virgen de Luján a tomar mate cocido, y para nosotros era un centro de rehabilitación y parecían policía y nos sentíamos perseguidos. Pero la verdad es que ellos nos ayudaban siempre con comida y ropa. Y así empezaron los abrazos que curan las heridas. Don Luis nos ayudaba”.
“Más adelante, me voy a hacer malabares hace 15 años y yo tomaba alcohol etílico, cachuña 3 o 4 botellas por día. Transpiraba alcohol puro. En ese lugar, me encuentro con dinero, y entonces me voy al bunker, en donde estuve 4 meses sin bañarme y sin comer. Yo, era un esqueleto y se me iba acabar la plata, entonces me pregunté qué hago”.
“Fue entonces que llegué al Hurtado y Don Luis me dice ¡bienvenido ésta es tu casa! Sucede que cuando uno aprende a vivir va dejando de lado lo que vivió, para que no te gane el vicio. Lo más crudo fue cuando me afeitan la cabeza y me bañan y me sacan 2 gusanos de la cabeza”.
“Yo sentía que mi cuerpo me pedía algo. Fue así que me fui al centro de rehabilitación en donde estuve 7 meses. Y el hogar me alquiló una pieza, hasta que fui entendiendo. Entendí que vivir es enfrentar tus miedos y tu pasado. Enfrentar que fuiste abusado verbalmente y cuando uno empieza a manejar eso se empieza a alejar de la droga. Tenes una vida aparte y empezás a vivir”.
“Yo me mentía a mí mismo. Y a veces los padres no saben que hacer porque no tienen ayuda ellos tampoco. Porque consumen nervios y no esperanza”.
“Sucede que acompañar a un adicto es complicado, pero siempre con amor todo es posible. Hay que calmarse y tomar mates y preguntar cómo te sentís”.
“Los adictos detectamos cuando algo nos hace mal que nos hace caer en la droga.Yo era muy rencoroso. Y los sacerdotes empezaron a hacer retiros espirituales y fue así cuando empecé a perdonarme yo mismo. Entonces me senté con mi mama y la perdoné. La disfrute 5 años y fue como si viviera toda la vida con ella”.
“El adicto es una persona que necesita amor. No es un monstruo.”El mundo consume de todo. Pero el que más sale perjudicado es el que consume droga. Ningún país está preparado para legalizar la droga”.
Con respecto a la pregunta de qué se diría a sí mismo a su Oscar de 9 años, respondió que “seguiría con una vida con lo que te guste hacer. Hoy mi vida cambió y cuando veo un pibe consumiendo me da pena. Los pibes salen a robar y no vuelve más”, se lamentó.
“El efecto de la droga dura 10 segundos y es adictivo tener que consumir. El efecto de la cocaína dura un poco más. La marihuana te dura y cuando baja tenes que comer la vida, da mucha hambre. También me da pena ver chicas prostituyéndose, para comprar una bolsa. Después vienen las enfermedades contagiosas y que el Estado mira para un costado. Ellos saben dónde están. Y los pibes terminan robando”.
Sin embargo, expresó que “cuando iba a ver a un drogadicto, me acordaba de mi familia y eso me ayudaba a no volver a consumir”.
El trabajo de Oscar
“Actualmente, acompaño a chicos con distintas enfermedades, acompaño a los pacientes terminales. Lamentablemente, se me habrán ido 8 compañeros de consumo, que vos los cuidas. La mayoría muere solo en la calle, y por ese motivos, nosotros tratamos que la persona muera en una cama con gente conocida y que se alegre cuando el pibe esté bien. Hoy me dedico a esto. Acompañar el dolor y sufrimiento en la partida de estas personas”.
El anhelo de Oscar
“Quiero terminar la secundaria, porque quiero estudiar enfermería; para poder entrar a la Cruz Roja y poder ir a los campos de refugiados para poder asistir a las personas”.
“De la droga se sale”
“Oscar comentó que “al adicto le va costar salir, pero que de la droga se sale. Sin embargo adelantó que el ser humano va a caer varias veces, pero que si ayudamos y acompañamos a los que nos necesitan, todo se podrá solucionar”.
Acompañamiento por parte del Hogar de Cristo
“Si hablamos del SEDRONAR, te paga una plata 6 meses, y recibís un diploma de listo, me rehabilité y no es como una hernia, que te operas y lisito. Éstos te dan un palito y la droga cuesta rehabilitarse. Te dejan, no te acompañan como si lo hacemos desde el Hogar de Cristo”.
“El Hogar de Cristo es un centro barrial y es una familia. Porque cuando alguien muere, lo velamos todos, lloramos todos. En un casamiento o cumpleaños, se festeja y si se presenta un problema, se charla y cuando no vas el hogar te buscan. Porque acompañando a otro chico, es cuando vas a salir de la droga”.
“Dios y la virgen son los únicos que no te engañan. Es que el invierno de un drogadicto, dura toda la vida. Ya que la mayoría de las veces son invisibilizados; pero si charlas con un adicto, ellos se dan cuenta que hay vida y se llenan de esperanza. Y el Hogar de Cristo te da vida. En definitiva, preparamos un lugar donde va a vivir y la persona se siente útil”.
El Hogar que ya funciona en Posadas
El Padre Daniel Pesce Párroco San Benito comentó que “ya estamos dando pasitos tímidos, pero seguros y que lo principal que hay que hacer es dar a conocer que hay un lugar donde será bien recibido aquel que esté pasando por alguna adicción. Sin embargo, desde hogar queremos ir buscar a los barrios”.
“Nosotros identificamos que existe un estigma con el tema de la droga. Porque las familias tienden a cubrir u ocultar, porque tienen miedo a que el pibe salga a robar. Entonces, la familia lo ve como una mancha”.
“Debemos de darnos cuenta que ese pibe se droga y hace mal y debemos darnos cuenta que es tu hijo, que es nuestro hijo. Y lo perdimos nosotros, Posadas lo perdió como hijo. Debemos también tomar conciencia que es nuestro y que perdieron la noción de vivir, de ser felices, de que perdieron la esperanza de vivir”.
“El Hogar de Cristo quiere devolverle la esperanza. Tenemos poquitos casos, pero están luchando día a día. Es como cualquiera realidad. Es una lucha diaria, un combate continuo y cotidiano, constante y que el pibe crea que vamos a luchar con él”.
Cómo acercarse al Hogar de Cristo
Para finalizar, el Padre Daniel Pesce comentó que existen dos dispositivos para atención:
“Uno, de martes a viernes de 9 a 16 horas en San Benito, ubicado en Andresito y Jauretche en el Barrio Manantiales. Las líneas que te acercan a este lugar son las líneas 12 y 16”.
Asimismo, comentó que “también existe un Centro de Referencia que los ubica de martes a viernes de 7 a 10 horas en la capilla del Hospital Baliña que es un lugar mas referencial. Y que gracias a Dios podemos trabajar con nuestra casita en conjunto con el hospital, para darle seguimiento y calidad de vida, para poder ayudarlo y que tome conciencia de que la vida vale la pena”.
Por último reflexionó que “deberíamos hacer como nos enseñó el Papa Francisco, deberíamos recibir la vida como viene, toda vida.Y como Pablo VI nos enseñó a amar toda la vida y todas las vidas”.
“Y que el llamado a animarse a visitar el Centro es también para los papás de un pibe que consume. Es que también los padres y la familia sufren y por eso se los convoca a que vengan al hogar para desahogarse, porque no siempre el pibe va a querer venir solo” concluyó el Padre Pesce.